Amanecer

Madre de familia vence al cáncer tras dos años de tratamiento

Madre de familia vence al cáncer tras dos años de tratamiento
Diario Amanecer

Artemisa Díaz Díaz, asegura que aparte del procedimiento

de quimioterapia se trató con plantas medicinales

San Martín. Muchas mujeres superan el cáncer y logran una vida plena después del tratamiento. Es el caso de Artemisa Díaz Díaz (41), demuestra la capacidad de las mujeres para enfrentar la enfermedad y salir adelante. El tratamiento, que puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia, junto con el apoyo familiar y profesional, juegan un papel crucial en la recuperación.      

Como reconocimiento a su valor, esfuerzo y no dejarse caer, esta valiente mujer toco la campana de la victoria que venció y triunfó sobre el cáncer. Artemisa sabe que el camino fue duro, pero su recompensa que hoy recibe es para siempre.

Con una sonrisa que refleja fuerza y esperanza, Artemisa Díaz Díaz, madre de familia, regresó a su hogar ubicado en el asentamiento humano Agua Dulce, jurisdicción del distrito de La Banda de Shilcayo, provincia y región San Martín, tras vencer una dura batalla contra el cáncer. Hace apenas unos días, volvió desde Lima, la capital del país, donde recibió tratamiento médico durante el último año. La noticia que tanto esperó llegó por fin: el cáncer había desaparecido de su cuerpo.      

Artemisa recuerda con claridad aquel momento devastador, hace dos años, cuando un obstetra le comunicó la terrible noticia: “Usted tiene cáncer y ya tiene que buscar la forma de hacerse su tratamiento.” Aquella forma directa y fría de recibir el diagnóstico la sumió en una profunda tristeza. Sentía que el mundo se derrumbaba a su alrededor. Sin embargo, poco a poco fue recuperando fuerzas gracias al apoyo de una enfermera que le dio el primer impulso para luchar: “Tiene que pelear por tus hijas. El cáncer se puede vencer si se trata adecuadamente.”       

Desde ese momento, Artemisa tomó una decisión firme: no se rendiría. Empezó a cuidar su alimentación, incluyendo tratamiento con vegetales durante cinco meses, mientras se preparaba para viajar a Lima. Allá, enfrentó varias sesiones de quimioterapia que le hicieron perder el cabello, pero nunca la esperanza. Sacó fuerzas de donde no tenía, motivada por el amor incondicional hacia sus dos hijas de 10 y 8 años de edad, quienes se convirtieron en su motor diario.     

El proceso no fue fácil. Las idas y venidas a la capital, los efectos del tratamiento, y la distancia con su familia hicieron de esta experiencia un camino lleno de obstáculos. Sin embargo, Artemisa se mantuvo firme. “Luché con todo lo que tenía por mis hijas. No podía rendirme. Ellas me necesitaban”, recuerda con emoción.      

Hoy, Artemisa se siente más viva que nunca. Su testimonio no solo llena de alegría a su familia, sino que también se ha convertido en un ejemplo de lucha para muchas mujeres. Agradece profundamente a quienes la acompañaron en este proceso, desde el personal médico, integrantes de Manos Unidas hasta las personas que le brindaron palabras de aliento cuando más lo necesitaba.

Con una mirada de esperanza, recomienda a todas las mujeres hacerse chequeos médicos periódicos. “Yo fui víctima del cáncer al útero, pero lo vencí. Si yo pude, muchas otras también pueden. Nunca pierdan la fe, porque la esperanza es lo último que se pierde”, expresó Artemisa, convertida hoy en un símbolo de fortaleza y vida.

“Mi consejo para otras mujeres es que no tengan miedo, que vayan al médico anualmente a hacerse los controles correspondientes. Eso no les va a solucionar una enfermedad, pero sí pueden detectarlo a tiempo para que no sea algo definitivo, y para poder curarlo. No se dejen estar, luchen por ustedes mismas, es lo único que las va a sacar adelante. Siempre dije que a esta enfermedad hay que ganarla con actitud: si te dejas caer, te gana y ya fuiste”, concluyó Artemisa. (Fuente: Voz Digital)