Y a ronderos en puente Punta Arenas para que los dejen operar en la zona
San Martín. El reciente atentado contra los cables que sostienen al puente Punta Arenas, ha traído consigo no solo un gran negociado para los propietarios de las balsas que ahora operan para poder transportar de una orilla a la otra del Huallaga a los cientos de vehículos que diariamente transitan por la zona, sino que además también se habría convertido en un jugoso negociado para el alcalde de Campanilla, y para los ronderos de la comunidad de Shumanza, en Tocache.
Así se pudo evidenciar en una reciente reunión sostenida justamente entre el responsable de las balsas que ahora operan en esta zona de la provincia de Tocache, y los ronderos de la mencionada comunidad, y donde el propietario del negocio de las balsas refirió que vienen pagando cuantiosos montos de dinero por permitirles trabajar en la zona.
El responsable de las balsas llamó la atención de los ronderos y pobladores de la comunidad de Shumanza, porque estos se habrían comprometido a que, a cambio de un determinado monto de dinero, no permitirían que otras balsas operen en dicha zona. “Hemos quedado bien claro con el pueblo de Shumanza que no va a entrar ninguna otra balsa, que solamente vamos a trabajar las 6 grandes y las 3 pequeñas, entonces ¿Cómo quedamos con ese acuerdo? … No piensen que nosotros ganamos un mundo de plata, yo preferiría alquilarles a 25 mil soles por turno, mejor le alquilamos a la ronda, a nosotros nos va a convenir, nosotros tenemos que pagar por derecho de puerto 8 mil soles, y son dos puertos, a la ronda se le paga 2,800 soles por cada balsa que trabaja, también tenemos que pagar por tema de defensa 700 soles por día, a esto se suma que también hay que pagar a la comunidad de Shumanza, la suma de 1,633 soles por cada balsa que opera en la zona, y a todo esto también hemos tenido un acuerdo con el alcalde de Campanilla para pagarle 20 mil soles mensuales, por esa razón, yo prefiero alquilarles a ustedes las balsas”, manifestó el responsable de la operación de dichas balsas.
Es decir, que ronderos, autoridades políticas y hasta una comunidad entera estarían cobrando “cupos” para permitir operar a dichas balsas y no permitir que otras balsas entren a la zona y puedan ayudar a reducir el costo de traslado de una orilla a la otra. (Diario Amanecer)