De la cocina de su casa al reconocimiento profesional
Moyobamba. Hace apenas unos años, Brayan de la Vega de tan solo 21 años de edad, iniciaba su camino en el mundo de la manicura con tan solo sus ganas de salir adelante y una pasión descubierta ahora casi por casualidad los diseños de manos al estilo lasada. Atendía a domicilio y recibía a sus primeras clientas en la cocina de su casa, con humildad, creatividad y una dedicación que hoy ya a sus 23 años lo han llevado a ser uno de los manicuristas más recomendados de Moyobamba. Su mayor soporte siempre ha sido su madre, quien lo ha acompañado de forma incondicional en cada paso, junto con el cariño de sus familiares y amigos. “Mi miedo más grande al comenzar era fracasar”, confiesa Brayan. Pero lejos de rendirse, se fortaleció con cada reto, aprendió de cada experiencia y apostó por sí mismo.
La perseverancia dio frutos. Hoy, Brayan cuenta con un certificado profesional en manicura, lo que representa un logro personal y un paso firme hacia la consolidación de su carrera. Gracias a la calidad de su trabajo y la conexión cercana con sus clientas, el boca a boca se convirtió en su mejor carta de presentación. A través de redes sociales y promociones bien pensadas, ha sabido posicionarse en un mercado competitivo, donde el talento muchas veces debe abrirse camino a pulso. Pero Brayan no se detiene. Con una mirada firme al futuro, sueña con abrir su propio estudio más grande y, sobre todo, fundar una academia donde pueda enseñar y motivar a más jóvenes como él. “Me gusta enseñar, quiero que más personas crean en sus talentos”, afirma con convicción. La historia de Brayan es una de esas que inspiran: demuestra que, con esfuerzo, pasión y apoyo, los sueños que nacen en una cocina pueden brillar en cualquier escenario. (Jackelin Vela)